martes, 25 de enero de 2011

El hombre, su caballo y su perro

Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales ( a veces los muertos andan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición…) La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos.
En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
- Buenos días.
- Buenos días – Respondió el guardián
- ¿ Cómo se llama este lugar tan bonito?.
- Esto es el cielo.
- Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!
- Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señaló la fuente.
- Pero mi caballo y mi perro también tienen sed…
- Lo siento mucho – Dijo el guardián – pero aquí no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber sólo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles.. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
- Buenos días – dijo el caminante.
El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
- Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo
- Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar.
- Podéis beber toda el agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar gracias al hombre
- Podéis volver siempre que queráis – Le respondió éste.
- A propósito ¿Cómo se llama este lugar? – preguntó el hombre.
- CIELO.
- ¿El Cielo? Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
- Aquello no era el Cielo. Era el Infierno – contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo.
- Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡ Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! – advirtió el caminante
- De ninguna manera! – increpó el hombre
- En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos…

domingo, 16 de enero de 2011

Entrenarse para la vida

Reportaje publicado en la revista Estampas (16 de enero de 2011)

No sólo ejercitarse o hacer dietas ayuda a sentirse mejor. Con técnicas que cambian actitudes, unos cuantos venezolanos están recurriendo al coaching para alcanzar objetivos laborales y resolver problemas personales.

Desde mejorar las relaciones de pareja, aumentar la asertividad en el trabajo y hasta conseguir ciertos objetivos académicos, son muchas las cosas que pueden lograrse a través del coaching. Al menos así lo sugieren quienes lo promueven. Yannick Riviere es uno de ellos. Nacido en Francia, es licenciado en historia, ingeniero de investigación y con formación en comunicación. Desde hace dos años vive en Venezuela y trabaja como coach de vida, un título que obtuvo en un instituto especializado de su país natal. "El coaching consiste en un acompañamiento profesional a la persona que lo solicita para ayudarla a alcanzar, de manera práctica y concreta, ciertos objetivos específicos de su vida, identificando los obstáculos que tiene, determinando las herramientas necesarias para conseguir sus metas y motivándola a través de un plan de acción".

En inglés coaching significa entrenamiento y comenzó a practicarse en Estados Unidos y Europa a mediados de los años ochenta, aplicando al mundo gerencial las técnicas de los entrenadores deportivos a los atletas. La Federación Internacional de Coaching define esta disciplina como una "alianza entre un asesor y un cliente para maximizar su potencial personal y profesional", a lo que una guía publicada por la página especializada www.autocoaching.info agrega: "Se trata de un proceso en el que un coach ayuda a un cliente a definir acciones que le apoyan para conseguir lo mejor de sí mismo".

¿Quién puede solicitar la ayuda de un coach?
Originalmente lo hacían los gerentes de corporaciones que buscaban alcanzar un objetivo laboral, pero hoy cualquiera que lo desee puede recurrir a esta asesoría. Así lo plantea la Asociación Española de Coaching en su site, www.asescoaching.org, que incluye en su lista de candidatos potenciales, entre otros, "al que tenga una meta o un objetivo sin concretar, al que esté abierto a la transformación y el crecimiento personal y profesional, al que esté frenado en algún área de su vida o al que quiera encontrar el propósito y sentido a lo que hace".

"El coaching parte de la idea de que todos somos observadores y nuestras apreciaciones de la realidad son válidas —señala Adela Romero, abogada con formación como coach y experiencia de cuatro años. Sin embargo, en ocasiones nuestra interpretación de las cosas nos genera un conflicto personal o laboral. Si no somos capaces de resolverlo solos y el objetivo es importante para nosotros, es lógico que pidamos el acompañamiento de otra persona que nos ofrezca una mirada distinta y nos ayude a encontrar una salida".

"Alguna vez un amigo, un familiar o quizás usted mismo se han sentido estancados o frustrados porque desean conseguir un objetivo y no encuentran la manera de alcanzarlo. En esos casos, nosotros podemos intervenir como asesores", agrega Riviere, quien hace una salvedad: "Es fundamental que quien solicite esta asesoría lo haga por voluntad propia. He encontrado gente que pide el coaching para un esposo o un hijo. Eso no funciona".

¿Y cómo funciona?
"Lo primero es tener un objetivo", dice Adela Romero. "Cuando se acude a una sesión de coaching, el interesado debe saber qué desea resolver en su vida profesional o personal. Y esto aplica para cualquier cosa, ya sea mejorar la comunicación con sus compañeros de trabajo, superar el miedo a hablar en público o aprender a manejar un vehículo sincrónico. Con ese punto de partida, el coach le hace preguntas sobre distintos ámbitos de su vida, para conocer sus percepciones del mundo laboral, personal y familiar y determinar qué obstáculos están impidiéndole alcanzar esa meta. Cuando el coach tiene un panorama claro, le ofrece al asesorado una interpretación que a lo mejor no había visualizado y arma junto a él un plan con tareas bien definidas".

De acuerdo al portal especializado www.coach ingparaelexito.com, las sesiones funcionan como conversaciones en las que asesor y cliente describen juntos la situación deseada por el solicitante, determinan su estado actual, elaboran un mapa de opciones y recursos, un plan de acción y verifican resultados. "Nuestros resultados son consecuencia de nuestras acciones o conductas, y éstas, a su vez, son el reflejo de nuestros pensamientos. La mejora del rendimiento se produce cuando enriquecemos nuestros modelos mentales y podemos generar nuevas respuestas", apunta el site.

"Hay una fórmula básica en el coaching —agrega Riviere. En un contexto similar, la misma actuación nos da el mismo resultado. Si una persona está contenta con los resultados debe seguir actuando igual. Pero si los resultados no le gustan entonces debe cambiar la actitud. El coaching busca que el asesorado tome conciencia de su potencial, pero también de las limitaciones que le imponen sus percepciones. Lo que vivimos no es la realidad sino lo que vemos de ella. Cada uno tiene un mapa mental con el cual construye su comportamiento. Los coaches trabajamos para lograr que nuestros clientes cambien los patrones de conducta que se han convertido en obstáculo para su objetivo".

Por lo general los programas de coaching no deben durar más de 12 sesiones, de manera que las personas se tracen objetivos alcanzables. "De hecho, lo ideal es que en cada sesión se establezcan tareas que puedan ser cumplidas para la jornada de asesoría siguiente —apunta Riviere. Sólo así las personas sentirán que avanzan".

El método: La palabra es acción
La Programación Neurolingüística y la aplicación de la inteligencia emocional son dos herramientas de las que se valen los especialistas para obtener cambios en los asesorados. "Con la Programación Neurolingüística trabajamos permanentemente en hacerle escuchar a las personas las afirmaciones que pronuncian —comenta Yannick Riviere— porque las palabras se convierten en acción. Una vez el cliente concientiza lo que dice sobre su problema, promovemos en él la creación de nuevas afirmaciones y pensamientos que deriven en un comportamiento distinto".

"Los seres humanos somos la suma de lenguaje, emoción y gestualidad corporal. Por eso proponemos a los clientes un plan de acción con actividades concretas que debe cumplir en estos ámbitos, dependiendo del objetivo que quiera alcanzar —agrega Adela Romero. Por ejemplo, si la persona necesita poner límites, se le motiva a poner en práctica ciertos gestos o movimientos que lo ayuden. Si necesita tratar un tema del que es difícil hablar, se le invita a practicar una conversación adecuada y si se siente triste o con desasosiego, se le hace abordar los juicios que están detrás de esas emociones para que los concientice y pueda intervenirlos desde una conversación interna".

¿Equivale a terapia psicológica?
Definitivamente no. Aunque los coaches se valen de herramientas motivacionales, instrumentos que buscan cambiar actitudes y percepciones, los especialistas insisten en que este tipo de ayuda no busca sanar ninguna herida emocional. "Quien busca la ayuda de un psicólogo lo hace para iniciar un proceso de investigación a largo plazo sobre su propia vida y su pasado, de manera de conseguir respuestas a sus problemas a partir de esa reconstrucción —asegura Yannick Riviere. Al coaching se recurre cuando una persona sana está parada frente a un problema específico y requiere acompañamiento profesional para encontrar soluciones. Como coach no me enfoco en el pasado de la persona sino que me proyecto con ella en un futuro muy cercano, con la idea de cambiar una actitud y una postura para alcanzar un objetivo bien definido".

"Nosotros resolvemos problemas específicos —advierte Adela Romero. Si una persona acude a una sesión de coaching con un conflicto de personalidad, nuestra responsabilidad ética es remitirlo a un psicólogo o psiquiatra".

¿Quién puede convertirse en coach?
No hay un perfil académico determinado. Los coaches son oyentes y motivadores, por lo que, más que formación en un área específica, requieren destrezas asociadas al liderazgo. En Estados Unidos, Europa y varios países de América existen institutos dedicados a la certificación profesional de coaches, pero muchos de los asesores provienen de carreras tan disímiles como la ingeniería, el derecho o la comunicación. "Lo fundamental es saber escuchar con amplitud, tener una alta capacidad de observación para interpretar activamente lo que la otra persona te dice y proponer planes de acción que la ayuden a tomar decisiones —señala Romero. No es indispensable ser experto en la materia u oficio que maneja tu cliente, pero es muy útil contar con herramientas gerenciales y cultura general".

Madurez y empatía son otras habilidades fundamentales para Riviere. "El coach debe tener capacidad de ponerse en los zapatos del otro sin juzgarlo, vocación para ayudar y curiosidad real por lo que a los demás les ocurre. Además, no debe ser demasiado joven, pues se requiere cierta experiencia de vida para entender mejor a las personas que solicitan ayuda y promover una solución adecuada".

¿Es efectivo?
Según Yannick Riviere, las personas que recurren al coaching y se comprometen en el proceso obtienen resultados positivos para su vida, fundamentalmente porque son motivados al logro y trabajan por sus metas. "80% de los clientes que solicitan asesoría tiene baja autoestima, pero el coaching los hace sentir más satisfechos con su propia realidad, fundamentalmente porque les demuestra que son capaces de alcanzar objetivos por sus propios medios, descubriendo o redescubriendo sus potencialidades y modificando percepciones que tienen de sí mismos y de los demás".

Sin embargo, los especialistas insisten en que se trata de un acompañamiento y que, al final, los resultados dependen del compromiso del asesorado. "Un coach parte del supuesto que el cliente cuenta con los recursos necesarios para su desarrollo y la superación de límites o de situaciones de estancamiento —puntualiza el website www.espaciocoaching.com.ar. El coach es su acompañante en el proceso, proponiendo actividades de reflexión, análisis y creación, para que el cliente mismo genere los medios que le habiliten diseñar su camino y transitar en él".

Efraín Castillo

domingo, 9 de enero de 2011

Resoluciones indestructibles

Reportage publicado en la revista Todo en Domingo (9 de enero de 2011)

Ahora que el año aún tiene olor a nuevo, coger lápiz y papel para plantearse nuevos propósitos es un hábito tan común como ambiguo. Dos expertos aportan sus sugerencias para no aflojar las metas, mientras tres personajes con distintos estilos de vida comparten sus métodos para no quedarse en el aparato

Si se trata de exprimir las bondades de la planificación estratégica, hay gente que blinda sus propósitos con una coraza de tenacidad inoxidable. Marcus Tobía, montañista e integrante del Proyecto Cumbre, es uno de ésos que nunca dejan apagar la mecha de sus planes. Hace unos 15 años compró un terreno en Apartaderos, con la idea de hacer un refugio para llevar a los niños a conocer y disfrutar la montaña.

Si hay quien se queja de que es incapaz de caminar todos los días o de enseriarse con un curso de idiomas, toca decir que la lista que sigue no es apta para autoestimas frágiles: Tobía hizo primero su casa ­es arquitecto y carpintero­ y en los últimos tres años construyó con sus propias manos el Campamento Sagarmatha, un acogedor refugio de estilo alpino a 3.570 metros sobre el nivel del mar, bautizado en alusión a la diosa madre de la Tierra. Una construcción intercalada, claro está, entre las expediciones que lo han llevado a conquistar los confines del planeta. Habría que sumarle la producción de una serie titulada Niños de la Cumbre, donde Tobía tomó a 15 niños ­algunos de escasos recursos­, los preparó y los llevó a tocar la cumbre de los picos Bolívar y Humboldt. "La idea era enseñarles a alcanzar un sueño a punta de trabajo, sin morbo y sin envidias", asegura tranquilo. Actualmente prepara una segunda temporada para llevar niños venezolanos a Nepal a conocer nuevas alturas, y esboza una expedición a Groenlandia con Proyecto Cumbre para coronar montañas vírgenes.

¿De qué depende que unos lleguen tan lejos y otros no aguanten ni dos semanas en un gimnasio? Para Yannick Rivière, director de Caracas Coaching y especialista en inteligencia emocional, mucho tiene que ver con los alcances de cada objetivo.

"Lo primero que hay que hacer es revisar las propias capacidades e ir encajando en ellas ese plan; si no sé nadar y me encantaría ser campeón olímpico, es muy difícil que en dos meses lo logre. Estamos hablando de fijarse un objetivo medible, concreto, que se pueda evaluar con regularidad. Es ideal que tenga una fecha tangible; si este año me propuse rebajar 10 kilos, tengo que repartirlos en un tiempo realista y trabajarlos continuamente", señala. "Si se trata de un objetivo que uno sabe que es a largo plazo, debe empezar por dividirlo en varias etapas. El camino más largo siempre empieza con un primer paso".


Sí, claro.

Si la tentación del au- toengaño siempre acecha al momento de fijarse estas resoluciones, ¿para qué sirve realmente fijarse propósitos? "Plantearte objetivos te da motivación para hacer cosas, porque proponerse algo es la mejor manera de entusiasmarse. Si no tienes propósitos, podrías quedarte echado todo el día en tu cama y te quedarías ahí estancado, sin avanzar ni crecer", indica Rivière. Para Marisol Pulgar, vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva, por lo general enero brinda esa promesa de un ciclo nuevo donde todo parece posible. "Para los seres humanos la esperanza es el sustento de la vida, y cuando el individuo se ocupa de sus necesidades y deseos, establece el camino a seguir. Asume una esperanza pasiva quien apenas se queda en ese deseo, porque si sólo pienso que me va a ir buenísimo y me quedo ahí, no va a pasar nada. Uno no puede dejar que el azar determine sus logros", opina. "Si no monitoreas lo que estás haciendo o cómo vas, la buena intención se te queda corta o se diluye. De hecho, uno recomienda sentar esos propósitos y ordenarlos por escrito como una base neurolingüística de pensamiento, acción y compromiso", señala.

Cuando se les pregunta a los expertos cuáles son las fallas más comunes en el proceso, ambos coinciden en que el principal error es plantearse objetivos borrosos o inespecíficos, sin traducción concreta. Presumir de omnipotencia también es un error. "Es preferible comprometerse sólo con tres tareas y enfocarse bien en ellas, que fijarse ocho y cumplir las mismas tres, porque en el fondo uno tiende a frustrarse por las cinco que no logró y eso opaca al resto ", indica Rivière. "Ver que uno puede manejar lo que se propone fortalece su autoestima. Si le cuesta mucho o comete errores en el camino, debe asumirlos como un escalón de aprendizaje para seguir acercándose a esa meta en vez de dejarse desinflar por la culpa; generalmente se aprende más de los reveses que de los aciertos".

Hay quien aprovecha estas vivencias para ponerlas al servicio de los otros. Eva Ekvall, narradora de noticias y Miss Venezuela 2000, cuenta entre sus propósitos de 2011 seguir difundiendo su mensaje de detección precoz del cáncer de mama, luego de superarlo y de la reciente publicación de su libro Fuera de foco. "También me gustaría seguir con las noticias y tener un espacio propio en la radio. Sin embargo, creo que después de lo que viví, aprendí a apreciar más las cosas pequeñas", reflexiona. "Este año mis propósitos son retomar la lectura ­que siempre me ha gustado pero no siempre puedo hacerlo­, escuchar la música que me gusta, hacer más ejercicio y seguir haciendo cosas en pro de mi salud, pero sobre todo quiero disfrutar de mi familia y de mi hija tanto como pueda".

Sean propósitos sencillos o complejos, autoconocerse también ayuda. Al artista Jaime Gili le funciona trabajar a un ritmo propio; así ha logrado exitosas exposiciones individuales y colectivas en América y Europa, su triunfo en un concurso entre más de 700 artistas para intervenir 16 tanques de petróleo en Portland (Maine, EE UU), la instalación de una de sus obras públicas entre varias casas de Petare y la futura inauguración de una muestra en Madrid y Londres, con piezas inspiradas en los lagos del Parque del Este. "Mis planes, por lo general, son a muy largo plazo; dos, cinco años. Tengo una galería en Londres y quiero abrir otra en Berlín, pero estoy consciente de que tengo que ir allá, ver otras galerías, hablar con mucha gente y buscar el espacio. Si acaso, ahorita estoy mucho más pendiente de redimensionar mi taller y mudarme a un apartamento más grande, porque hace poco tuvimos un bebé", explica. "Para mí, así sea mayo o agosto, todos los días son buenos para decir `ahorita sí’ y empezar a hacer lo que quiero hacer, sea lo que sea.

Siempre hay que echarle pichón. Aunque sea en abril".

Armas contra la desidia
"Para asumir bien un propósito se necesita preparación, acción y mantenimiento. Por lo general, cambiar un hábito es difícil y uno mismo tiene que ayudarse a vencer esa resistencia. Sirve mucho que el propósito le aporte sentido o significado a la vida, porque esa sensación de plenitud al ayudarse uno mismo y a los otros brinda mucha satisfacción", opina la psicóloga Marisol Pulgar. "A veces funciona hacer equipo con otros, o buscarse un `testigo’ al que se le puedan reportar los avances y los retrasos. También es útil asesorarse con alguien que tenga más experiencia que uno, para que nos ayude a darle una mejor estructura a esa intención", acota el coach Yannick Rivière.

Magaly Rodríguez

viernes, 7 de enero de 2011

El coaching, una alternativa para comenzar el año con el "pie derecho"

Se aproxima el final del año, y tradicionalmente en esta época se realiza un balance de lo que pasó para comenzar a delinear los proyectos y las decisiones a tomar en el año próximo.

Muchas personas no se sienten conformes con sus relaciones o su trabajo, e incluso algunas no le encuentran sentido a la vida. Puestas en acción, deciden que en esta nueva etapa por venir es hora de buscar ayuda profesional, sea para encauzar su fuerza vital, sea para recomponer sus vínculos o su vida laboral.

Dentro de las muchas opciones hoy disponibles está la de buscar asistencia psicológica a través de la cual identificar cuáles son y cómo surgieron sus problemas, traumas y heridas, y a partir de un proceso terapéutico resolverlos y sanar.

Otra alternativa es la de ir por alguien que les ayude a descubrir sus propios recursos, a responderse acerca de lo que realmente quieren hacer y que los motive a enfocarse y a actuar de acuerdo a ello: el coach.

Ambos tipos de apoyo buscan el cambio hacia una vida más plena y satisfactoria. Uno de estos caminos puede asociarse con el trabajo que se hace en la terapia psicológica y el otro, con el coaching.

¿Coaching o terapia?
Antes de comenzar a comparar el coaching y la psicoterapia, debemos aclarar que existen muchos tipos de terapia psicológica, desde las más prolongadas y orientadas al profundo cambio interior, como el psicoanálisis, hasta las más cortas que persiguen, por ejemplo, un cambio conductual. Por lo que al hablar de terapia estamos generalizando, simplificando ese gran abanico de propuestas.

En nuestro país el concepto de terapia está aún muy ligado al psicoanálisis y las preguntas frecuentes buscan encontrar las diferencias entre ambos procesos: psicoanálisis y coaching.

Las dos metodologías tienen cosas en común: en ambas se busca que la persona pase de una situación en la que se siente desconforme o infeliz a otra deseada, y se abren espacios de escucha activa, donde se exponen abiertamente emociones e interpretaciones. Las sesiones habitualmente son presenciales -cara a cara- o en grupo, y además en ambos procesos hay un fuerte compromiso con la confidencialidad y la ética.

En segundo lugar, cada opción maneja la visión del tiempo de una forma distinta.

La terapia psicoanalítica se focaliza en entender y sanar cosas del pasado que repercuten en el presente. El profesional analiza los caminos que llevaron al paciente al estado actual, y mediante diversas técnicas –como hacer conciente lo inconsciente- crea las condiciones para aliviar los dolores y síntomas y, a partir de esto, producir un cambio. El proceso se enfoca en sanar al paciente y restaurar su buen funcionamiento.

El coaching, por su parte, se focaliza en el diseño de futuro y en el compromiso para diseñar el observador y las acciones para lograr los resultados deseados.

Trabaja en el día a día: propone plantarse el "qué quiero que pase" y a partir de eso generar un compromiso acerca de las acciones necesarias para lograrlo.

Por eso decimos que está enfocado en el futuro. No hay un "paciente" sino una persona que está construyendo su vida, y el coach asume el rol de facilitador de procesos de auto-observación y aprendizaje. Se acuerda un proceso de cooperación mutua en el cual cada uno tiene un rol diferente: quien recibe el coaching es experto en su propia vida, y el coach está entrenado a asistir a otro para que pueda generar sus propios recursos y desarrollar procesos de cambio. Se hace foco en lo que es posible según las circunstancias, aprendizajes y experiencia, y la transformación será viable en la medida en que realmente sea deseada.

Finalmente, el psicoanálisis muchas veces se ha asociado con traumas psicológicos, trastornos mentales o psicopatologías. Esta errónea percepción desalienta a ciertas personas a realizar un tratamiento, por el temor al rótulo que éste implica.

El coaching, en cambio, permite buscar ayuda profesional sin sentirse estigmatizadas, especialmente para aquellas que sólo buscan un apoyo para su crecimiento personal.

Podríamos afirmar que se dirige a personas que, en términos clínicos, tienen un "nivel de funcionalidad alto" pero que están insatisfechas con su vida. Personas que tal vez tienen avances importantes, reconocimientos o buenos desempeños, pero que sin embargo no logran sentirse realmente satisfechas.

El coaching no hace diagnóstico ni intenta reemplazar a la psicoterapia. Por el contrario, para algunas personas, realizar terapia y coaching con dos profesionales diferentes simultáneamente es una opción muy poderosa.

La gente cada vez tiene más claro que no hay que ser neurótico para querer hacer cambios en la vida. Un profesional conocedor de ambas disciplinas, entrenado en terapia y coaching, puede ayudar a identificar qué tipo de intervención es más adecuado para el estadio de vida actual. También puede suceder que alguien inicie un proceso terapéutico, y luego elija continuar con un proceso de coaching.

Para finalizar, cabe señalar que cada persona puede medir de una manera diferente la satisfacción que siente ante la forma en que desarrolla su propia vida, y decidir si desea modificar algo asistida por un profesional.

En ese punto, el coaching se postula como una opción diferente para generar los cambios deseados.

Por Daniel Rosales Director de la Escuela Latinoamericana de Coaching
www.elacoaching.com.ar

martes, 4 de enero de 2011

Los mejores libros de coaching 2010

Cada año el mercado literario brinda nuevas obras a los lectores. En esta ocasión destacaremos los mejores libros de coaching, una disciplina que se enfoca en el desarrollo de las metas, en la satisfacción, plenitud y equilibrio entre la vida personal y profesional. Te invitamos a conocerlos a continuación:

Coaching & PNL. Una visión integradora, de Vicens Olivé
Este texto trata sobre cómo acompañar, a través de la PNL y el Coaching, a las personas y las organizaciones en sus cambios.
Cabe señalar que la PNL es una metodología integradora que partiendo del modelado facilita la adquisición rápida de aspectos de autoconocimiento, comunicación y cambio.
El libro recoge los aspectos sencillos y también complejos del coaching actual por lo que es muy recomendable para quienes se dedican a esta disciplina.
Además, reúne las principales corrientes del Coaching y describe los aspectos diferenciales de cada una de ellas, así como sus principales aportaciones.
Su autor es Vicens Olivé Pibernat, socio fundador del Institut Gestalt de Barcelona. Es especialista, formador, coach y supervisor en PNL & Coaching, así como facilitador del Desarrollo Organizacional en empresas e instituciones.


Vivir sin Miedos, de Sergio Fernández
Sergio Fernández es coach, emprendedor, periodista, conferenciante y formador especializado en crecimiento y desarrollo personal.
En este libro llama a las personas a atreverse a comenzar de nuevo y formularse preguntas que les permitan reescribir el guión de su vida para reinventarse.
“Vivir sin miedos no sólo es deseable, también es posible. Si observa con atención comprobará cómo cada vez más personas han tomado una decisión, la de vivir sin miedos, que las ha convertido en otras personas, en una especie de versión mejorada de lo que algún día fueron. Se han atrevido a comenzar de nuevo”, indica.
Y lo resume con “vivir sin miedos es una llamada al héroe que todos llevamos dentro y al despertar”.



101 Coaching Strategies and Techniques, Gladeana McMahon and Anne Archer
101 Coaching Strategies and Techniques (Essential Coaching Skills and Knowledge) es un libro que brinda 101 Estrategias y técnicas prácticas de coaching pensadas para ayudar al coach en su trabajo.
Cada una se explica detalladamente y además se vislumbran posibles escenarios de dificultades y sus debidas soluciones.
Entre los principales puntos de esta obra destacan:
  • Fomento de la confianza
  • Desarrollo de habilidades y estrategias específicas
  • Grupos de entrenamiento
  • Resolución de problemas y creatividad
  • Conciencia de sí mismo
  • Qué hacer con un cliente atascado
El libro será una herramienta de útil referencia para los entrenadores y también será una guía para aquellos coach en formación.


Autocoaching para despertar, Pedro Amador
Pedro Amador te enseña a trazar tu propio mapa global de la vida para alcanzar la felicidad en 58 pasos.
La sinopsis indica que este libro plantea todos los pasos necesarios que ayudan a tomar conciencia y permiten llevar a la acción todo aquello que nos plantemos. Apoyándose en la herramienta La Rueda de la Vida y sus distintas sub-ruedas, el lector descubre un viaje a su interior, en donde encontrará todas las claves que le harán disfrutar más de la vida. Autoconocerse es el primer paso para salir de cualquier crisis, sea del tipo que sea.
Cabe señalar que Pedro Amador es fundador y socio director de Autocoaching, después de un accidente que sufrió unos años atrás descubrió cómo con su experiencia personal podía ayudar a las personas.



Coaching, Third Edition: Evoking excellence in others, James Flaherty
Este libro de James Flaherty es una guía y una reflexión profunda que analiza el arte y ciencia del coaching.
A partir de teorías, conceptos y modelos, el libro considera métodos rigurosos de coaching y llama a la observación de nuestras relaciones de confianza mutua, el respeto y la libertad de expresión.
La obra invita a repensar el cómo te relacionas con los clientes y a desarrollar un mejor rendimiento en ti mismo a partir de ayudar a otros en alcanzar sus metas.
Además, esta tercera edición incluye un nuevo capítulo de comunicación y un nuevo caso de estudio en donde se ilustra el impacto de los temas y conceptos tratados en el libro.