miércoles, 22 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Les deseo a todas y todos, una maravillosa Navidad, y un año 2011 lleno de Salud, Paz, Felicidad, Prosperidad y Amor verdadero.

¡Feliz Navidad!

Yannick

lunes, 20 de diciembre de 2010

Como ser mas persuasivo

Técnicas para ser más persuasivo bajo la mirada del humor. ¿Qué opina usted?

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¡Conéctate con la alegría!

Artículo publicado en eltiempo.com.ve

Haz un tiempo para ti: semanalmente reúnete dos horas con amigos que sean positivos, haz algo que te gusta, camina, haz deporte, ve al gimnasio, invierte tiempo en tu hobby

Desde Bogotá.- ¡Sólo por hoy conéctate con la alegría! Sí claro,.. ¿Y mañana? ¿Con todos los problemas que tengo? Con lo de la familia, el jefe que me tiene hasta aquí,
las lluvias, el arreglo del carro, el clima político, la salud, los reales para los estrenos y regalos...? Tranquila/o, dices lo mismo: “Sólo por hoy decido estar alegre”. “Tengo el libre albedrío de conectarme con la emoción y el sentimiento que desee, tengo poder sobre mí”. Es fácil proponerte ser feliz un solo día y cumplirlo. Es la mejor manera de subir una escalera muy alta. Si ves desde abajo su tamaño, tal vez decidas no hacerlo… pero si vas subiendo cada escalón, sin pensar en los que te faltan… ¡Lo haces! Al principio es un esfuerzo y luego al pasar cada día, es más y más fácil; hasta que conviertes en un hábito el disfrutar cada momento.

¡DESCONÉCTATE! El cerebro no puede estar contento y triste al mismo tiempo. Si sonríes, sueltas todo lo que no sea alegría. El cerebro derecho tiene que ver con las emociones y el izquierdo con la lógica. Para desconectarte de una emoción/sentimiento que te hace daño, sólo tienes que sacar una cuenta, resolver un crucigrama, organizar algo, hacer una lista de lo que vas a hacer. Es buena idea hacer tu proyecto de vida para el 2011 e ir validándolo mes a mes. También es buenísimo ver una comedia, una película de dibujos animados… aunque seas un “viejo” o un gran gerente.

Haz un tiempo para ti: semanalmente reúnete dos horas con amigos que sean positivos, haz algo que te gusta, camina, haz deporte, ve al gimnasio, invierte tiempo en tu hobby preferido. Cuando haces algo que te produce placer, tu organismo segrega endorfinas, que son sustancias que te relajan y cambian automáticamente tu estado de ánimo. Tu organismo se acostumbra a recibir esa “dosis de placer” y te la pide a gritos, logrando que esas actividades que te satisfacen, se conviertan en una excelente rutina.

En mis Eventos de Coaching me preguntan la diferencia entre emoción y sentimiento: La emoción es una alteración del ánimo intensa y pasajera, es intencional y subjetiva. Para que haya emoción tiene que haber un evento significativo. Los sentimientos son la atribución subjetiva que cada quien le da a esas emociones.

:D SONRÍE :D Elige cada día tu actitud. Con inteligencia emocional logras, en vez de preocuparte, ocuparte: Si puedes controlar la situación, tomas acción resolviéndola. Si no tienes poder de cambiarla, con calma la aceptas y sigues adelante. Al cambiar tu estado de ánimo, te permites sonreír. Al sonreír tu cara rejuvenece, mueves 400 músculos de tu cuerpo, mejoras la digestión, estimulas la respiración y circulación. Activas el metabolismo liberando adrenalina, quemas toxinas. Además liberas endorfinas, que te tranquilizan.

“Sólo por hoy escoge disfrutar, sólo por hoy expresa gratitud, sólo por hoy cambia, sólo por hoy reconoce y valora lo que has logrado, sólo por hoy haz tus labores con entusiasmo y alegría, sólo por hoy elige pensamientos y emociones positivas”.

Estrella DI MATTÍA

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Uno construye sus propias crisis

Un hombre vivía en la orilla de un camino y vendía perritos calientes. No tenía radio, ni televisión, ni leía los periódicos, pero hacía y vendía buenos perritos calientes. Se preocupaba por la divulgación de su negocio y colocaba carteles de propaganda por el camino, ofrecía su producto en voz alta y el pueblo le compraba. Las ventas fueron aumentando cada vez más, compraba el mejor pan y la mejor salchicha. Llegó un momento en que fue necesario comprar un carrito más grande, para atender a la creciente clientela. El negocio prosperaba. Su perrito caliente era el mejor de la región.

Venciendo su situación económica inicial, pudo pagar una buena educación a su hijo, quien fue creciendo y fue a estudiar Economía en la mejor Universidad del país. Finalmente, su hijo ya graduado con honores, volvió a casa y notó que su padre continuaba con la misma vida de siempre y tuvo una seria conversación con él... ¿Papá, usted no escucha la radio? ¿Usted no ve la televisión? ¿Usted no lee los periódicos? Hay una gran crisis en el mundo!!! Y la situación de nuestro país es crítica!!! ¡Todo está mal y el país va a quebrar!

Después de escuchar las consideraciones de su hijo, el padre pensó... bien, si mi hijo Economista, lee periódicos, ve televisión, entonces solo puede tener la razón... y con miedo de la crisis, el viejo busco el pan más barato (más malo) y comenzó a comprar la salchicha mas barata (la peor) y para economizar dejó de hacer sus carteles de propaganda.

Abatido por la noticia de la crisis ya no ofrecía su producto en voz alta, ni atendía con entusiasmo a sus clientes. Tomadas todas esas precauciones, las ventas comenzaron a caer y fueron cayendo y cayendo y llegaron a niveles insoportables. El negocio de perritos calientes del viejo que antes generaba recursos para que el hijo estudiara Economía, finalmente quebró.

Entonces el padre, muy triste, le dijo al hijo: hijo, tenías razón, estamos en medio de una gran crisis y le comentó orgullosamente a sus amigos: bendita la hora en que envié a mi hijo a estudiar Economía, él me avisó de la crisis...

Reflexiones:

Nuestros actos diarios son los que deciden nuestras situaciones.

Las acciones y decisiones que tomaste en el paso son las que han hecho que hoy estés en tu estado actual.

Las decisiones y acciones que tomes de hoy en adelante son las que decidirán tu Futuro. Trabaja cada día un poco mejor, un poco mas profesionalmente y con un poco mas de ilusión. Medita sobre tus errores y felicítate por tus éxitos. No importa como estén las circunstancias, siempre hay una salida, de hecho siempre hay un número infinito de salidas y gran parte de ellas correctas, solo es necesario llegar a identificar la idónea y tomarla cada vez. Tus resultados personales son la consecuencia directa de la calidad y la cantidad de tu trabajo. Mejora cada día un poco más la calidad de tu trabajo y verás como tu éxito mejora cada día más.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¡Aprende a manejar el estrés del trabajo!

Artículo publicado en Esmas.com

Hoy en día el estrés es parte de la vida laboral, aquí te damos unas recomendaciones para que seas más efectivo y tengas mayor calidad en tu trabajo

El estrés es una respuesta del organismo ante la presencia de situaciones que implican cambio; muchas personas pueden adaptarse a estas circunstancias, pero otras responden de manera inadecuada.

Los expertos en el tema revelan que estar muy estresado de manera continua puede producir problemas serios en la salud, como dolores de cabeza, aumento de la presión arterial y enfermedades cardiovasculares.

Hoy en día el estrés es parte de la vida diaria de las personas, en especial en el ámbito laboral y en los horarios de llegada al trabajo.
Por tal motivo, es importante que conozcas las manifestaciones clínicas del estrés laboral para que puedas instaurar a tiempo medidas que controlen estas respuestas al cambio.

Las principales manifestaciones del estrés laboral son:
Leve:
• Irritabilidad y ansiedad.
• Insomnio.
• En algunas ocasiones problemas de concentración.

Moderado:
• Aumento en las horas de ausentismo al trabajo.
• Fatiga sin ninguna razón.
• Indecisión e indiferencia.
• Aumento en el consumo de alcohol, café y cigarros.

Severo:
• Depresión.
• Problemas de salud (dolores de cabeza, dolor de estomago y digestivos, cardiovasculares).
• Ausencia social y presencia de pensamientos autodestructivos.

A continuación te damos algunas recomendaciones para que tengas en cuenta y puedas llevar a cabo bien tu trabajo sin estresarte:
• Organiza el tiempo, para que puedas realizar todas las actividades sin apresurarte.
• Aprende a controlar el cuerpo y la mente, por medio de ejercicios de relajación y respiración.
• Realiza durante tus tiempos libres actividades de recreación y descanso (trata de no llevar trabajo a la casa y mejor disfruta de estos ratos con tus familiares o amigos).
• Es recomendable despertarte con anticipación para evitar salir al trabajo durante las horas de mayor tráfico vehicular.
• Antes de realizar presentaciones en público, respira profundo y mantén la seguridad en ti mismo.

La sensación de no tener control sobre lo que está pasando es una fuente común de estrés laboral. Revisa el manual de tu puesto, de manera que tú y los otros (compañeros, jefes) tengan claras sus responsabilidades y límites.

El temor a perder el empleo es una constante hoy en día, pero permitir que la tensión por ésta causa disminuya tu efectividad y calidad en el trabajo, empeora el cuadro de estrés. Dirige tus energías a relajarte y cambia la programación mental hacia una actitud positiva.

El estrés laboral hace parte de la vida y es necesario sepas enfrentarte a los cambios continuos que ocurren día a día. No se puede, ni se debe, evitar los problemas; cuando tú decides hacerte cargo de una situación, tienes más de la mitad del camino ganado.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Conseguir la manera de lograr un cambio profesional

La vida laboral (al igual que la vida cotidiana) está siempre ilustrada por el cambio. Cambio de empresa, de equipo, nuevos proyectos, fusiones y "downsizing", evoluciones del mercado, cambio de sector de actividad, de función, de profesión, momentos bajos, incluso desempleo. Hoy en día, las transiciones profesionales se llevan de una manera mucho más rápida, sin duda es necesario aprender a manejar estos momentos particulares, sobre todo cuando tenemos el sentimiento de encontrarnos al final de un ciclo profesional, y de tener la voluntad de empezar un nuevo capítulo.

Al final, encontrarse como desempleado en un momento de su vida laboral es, hoy en día, un evento muy banal. Más allá de la dificultad ligada al sentimiento de soledad que se puede sentir cuando no formamos más parte de un equipo de trabajo o de una organización, lo importante es conseguir vías para reubicarse, para lograr la síntesis delicada entre sus motivaciones personales y las posibilidades ofrecidas en su ambiente.

Para orientarse en estos momentos de cambio, creo que hay que empezar por saber lo que le motiva de verdad. ¿Que sentido da a su trabajo? ¿Cuál es la utilidad social que usted está reivindicando? ¿Qué tipo de ambición? ¿En el marco de que tipo de actividades piensa dar lo mejor de si mismo? Le sugiero, a la hora de contestar a estas preguntas, de dar un vistazo a su retrovisor, para examinar sus experiencias profesionales precedentes. ¿En qué momento, usted se sintió totalmente satisfecho con su función y sus actividades? ¿Por qué? ¿Qué le motivaba en aquél momento? ¿Cuál era su ambiente laboral, sus relaciones con los demás? etc.

Contestar a estas peguntas, es volver a conectarse a su « fuente ». Por supuesto, son las futuras oportunidades que decidirán como seguirá su carrera, y cuáles serán las próximas etapas, sin embargo, no hay que olvidar lo que le da motivación. Sin ganas, sin deseos, los cambios profesionales son solos unos ejercicios de supervivencia. Le toca a usted darles VIDA.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Coaching, arma empresarial

Artículo publicado en CNNexpansion.com

El coach es una ayuda laboral integral para hacer crecer al empleado, dice Luis Felipe García; debe haber afinidades entre las personas que dan y reciben el apoyo para asegurar una mejoría.

Por: Luis Felipe García Brígido*
Es muy común en el ámbito empresarial escuchar la recomendación de dar coaching a un colaborador cuando éste se encuentra con problemas en su desempeño laboral tales como cumplimiento de metas, actitud equivocada, etc., aunque el "coach" en turno no cuente con alguna capacitación o experiencia en este terreno e incluso es posible que no conozca bien a bien en qué consiste esta herramienta.

Pareciera que se tratara simplemente de decirle a otro qué hacer o cómo dirigirse en tal o cual situación con la finalidad de resolver el problema al que se enfrenta. Por sí sola esta interacción no es el de todo mala, ya que conlleva el regalar una serie de experiencias y conocimientos, sin lugar a dudas valiosos en la mayoría de los casos, sobre todo cuando esto se hace de buena fe. Esto se conoce comúnmente con el término de consejería.

Sin embargo, lo anterior dista mucho de hacer propiamente coaching, ya que en primer lugar el coaching no se da, se pide, siendo esto una de las reglas básicas de esta disciplina ya que siempre será mejor que alguien encuentre una solución a sus problemas cuando él mismo es quien la busca y no cuando alguien se la ofrece sin haber una solicitud previa de por medio.

Por otro lado también el coach debe de contar con ciertas habilidades, como la escucha activa, la elaboración efectiva de preguntas, etc. esto incluso aunque no sepa nada del tema que aqueja al coachee (persona que recibe el apoyo), esto es una de las grandes bondades del coaching, ya que un ‘couch' entrenado adecuadamente puede ayudar igual a un astronauta como a un ejecutivo de ventas a conseguir sus metas.

Es importante considerar estos puntos cuando hablamos de coaching:
  1. Hay problemas que no pueden ser resueltos a través de coaching, sobre todo aquellos de índole emocional y que requerirían de un especialista para ser atendidos adecuadamente, ya que como argumenta Flórez, "Un coach debe derivar los casos clínicos a psicoterapia", desde nuestro punto de vista se trata de una situación de carácter ético, algo que el coach debe tener muy claro.
  2. Otro aspecto a considerar, como lo señala atinadamente Talavera , es la afinidad entre las partes (coach y coachee) "para que esta herramienta del Management (refiriéndose al coaching) sea exitosa es sumamente importante que exista química entre quien la imparte y quien la recibe" , esto es fundamental ya que no es posible visualizar una relación de crecimiento (efectivamente con el crecimiento del coachee también hay un crecimiento del coach) sin una perfecta armonía entre los involucrados en el proceso.
  3. El coaching no busca solamente ayudar a las personas a resolver una problemática, lo que busca es que exista un cambio importante en su vida, esto puede ser desde ver de una forma distinta una situación, hasta realizar un cambio de actitud con los compañeros del trabajo, como lo señala Visval, "Busca (el coaching) no sólo la transformación o la mejora continua del ejecutivo, sino un cambio trascendente o una modificación importante".

Como se puede observar, el coaching es mucho más que sólo aconsejar a otra persona o indicarle el camino a seguir y además conlleva mucha responsabilidad.

Seguramente habrá personas que sean coaches innatos, que tengan "la madera" para desarrollar este noble oficio e incluso habrá quienes hayan desarrollado la habilidad de manera intuitiva. Sin embargo consideramos que en la mayoría de los casos para dar coaching es necesario contar con una preparación previa en el marco teórico y (más aún) en el práctico.

*El autor es alumno del Doctorado en Adminstración de la Universidad Anahuac del Sur y fue dirigido por Dr. Carlos Miguel Barber Kuri.

martes, 9 de noviembre de 2010

La puerta negra

Érase una vez en el país de las mil y unas noches... En este país había un rey que era muy polémico por sus acciones, tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala. Los prisioneros eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala y el rey gritaba diciéndoles:

- "Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala."
Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción.

-"Ahora, continuaba el rey, miren hacia el rincón del lado izquierdo."
Al hacer esto, todos los prisioneros notaban que había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver. En verdad, algo verdaderamente horrible solo de imaginar, mucho más para ver.
El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba: - "Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren? ¿Morir clavados por flechas o abrir rápidamente aquella puerta negra mientras los dejo encerrados allí? Ahora decidan, tienen libre albedrío, escojan."

Todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento: a la hora de tomar la decisión, ellos llegaban cerca de la horrorosa puerta negra de más de cuatro metros de altura, miraban los cadáveres, la sangre humana y los esqueletos con leyendas escritas del tipo: "viva la muerte", y decidían: -"Prefiero morir atravesado por las fechas."
Uno a uno, todos actuaban de la misma forma, miraban la puerta negra y a los arqueros de la muerte y decían al rey:
- "Prefiero ser atravesado por flechas a abrir esa puerta y quedarme encerrado".
Millares optaron por lo que estaban viendo: la muerte por las flechas.

Un día, la guerra terminó. Pasado el tiempo, uno de los soldados del "pelotón de flechas" estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey. El soldado con toda reverencia y un poco temeroso, preguntó: - "Sabes, gran rey, yo siempre tuve una curiosidad, no se enfade con mi pregunta, pero, ¿qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?"
El rey respondió: Pues bien, ve y abre esa puerta negra."
El soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo puro de sol besar el suelo de la enorme sala, abrió un poco más la puerta y más luz y un delicioso aroma a verde llenaron el lugar.
El soldado notó que la puerta negra daba hacia un campo que apuntaba a un gran camino. Fue ahí que el soldado se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la libertad.

Reflexiones:
Todos tenemos una puerta negra dentro de nuestra mente. Para algunos la puerta negra es el miedo a lo desconocido, para otros es una persona difícil. Tal vez para otros es una frustración, ya sea miedo a relacionarse o miedo a ser rechazado, miedo a innovar o miedo a cambiar, miedo a volar más alto.
Para algunos la puerta negra es la inseguridad porque la falta de preparación lo atemoriza, o una traba imaginaria que la inseguridad de la vida fabricó durante su educación o su crianza.
Pero si bien puedes perder, también puedes ganar. Si das un paso más allá del miedo, vas a encontrar un rayo de sol entrando en tu vida.

domingo, 31 de octubre de 2010

Certificación en coaching

Desde mi llegada a Venezuela, numerosas personas me preguntaban si ofrecía una formación de coaching a través de mi empresa, Caracas Coaching, con el objetivo de certificarse como coach profesional. Durante mucho tiempo, me negué a hacerla por la gran inversión de tiempo que necesita una formación de buena calidad. Mientras tanto las solicitudes siguieron convenciéndome de la necesidad de proponer una certificación en coaching de buen contenido académico y práctico, con un código de ética fiel al espíritu del coaching definido por los grandes organismos internacionales de coaching, y con un precio competitivo. Así que estoy muy orgulloso y emocionado de poder anunciarles la próxima abertura de la primera promoción de coaches profesionales de Caracas Coaching. Las inscripciones ya están abiertas y la formación empezará a principios de marzo de 2011. Para poder llevar a cabo este proyecto solicité la participación de numerosos profesionales (tanto del coaching como del mundo empresarial) a fin de ofrecerles una formación que pueda satisfacer a cabalidad a sus requerimientos. Espero que nuestra formación sea la más adecuada a sus deseos de superación y que manifieste una vez más el compromiso y la seriedad que caracterizan a Caracas Coaching. Pueden encontrar más información sobre la formación aquí.

lunes, 25 de octubre de 2010

Quiero mi coach

Reportage publicado en la revista Todo en Domingo (10 de enero 2010)

Sí, existen y cada vez están más en boga. Son especialistas que se dedican a orientar a otros para lograr lo mejor de sí mismos en distintos ámbitos de la vida. Y si inicialmente comenzaron en los deportes y en el ámbito empresarial, ahora también hay quienes se dedican a orientar a otras personas a la hora de un deseado cambio en su existencia

¿Quién no ha soñado alguna vez con tener a mano a un gurú –o algún sucedáneo de la bola de cristal- para consultar a la hora de tomar una decisión importante? Sin pretender ser como esos seres iluminados que suele mostrar la literatura o el cine, existen ahora profesionales que pueden cumplir tan añorada función orientadora en situaciones cruciales de la vida. Se les llama coaches. Lógicamente, la primera imagen que viene a la mente cuando se habla de coach es la de un señor de mediana edad, vestido con ropa deportiva, que no deja de mover los brazos y sonar frenéticamente un pito. Y esto, como casi todo en la vida, tiene un porqué.
“El término coaching estaba asociado inicialmente al deporte, pero hace ya más de 20 años que se trasladó a ámbitos diferentes”, explica Yannick Rivière sobre su profesión, que es la de asesorar a quien requiera de sus servicios, para alcanzar una meta, lograr un cambio positivo o resolver un problema en un momento específico de su vida.
Cuentan quienes se dedican a esto, que su oficio –sin ser del todo nuevo, porque de tutores o consejeros se tienen referencias muy antiguas- se fue transformando en lo que es ahora desde que a finales de la década de los años 70 en Estados Unidos, los altos cargos gerenciales comenzaron a recibir asesorías individuales para momentos cruciales de sus carreras. Con la especialización de estos asesores, las ramas del coaching se fueron extendiendo y ahora abarcan desde lo gerencial hasta lo personal. Esta asesorías se caracterizan porque se realizan en un número determinado de sesiones y mediante el planteamiento de objetivos a corto o mediano plazo.

Ni maestros ni amigos

Tener a un coach como el señor Miyagi de Karate Kid o el gran maestro Yoda de La Guerra de las Galaxias sería lo ideal para muchos. Si no fueran personajes de ficción, claro. Pero si bien un experto en una determinada área puede aconsejar y acompañar a un aprendiz, como es el caso de muchos coaches deportivos que acompañan a un equipo a un individuo en su reparación física y mental, o a pesar de que hay locutores que hacen coaching de voz y actores veteranos que hacen coaching de actuación, lo cierto es que la especialización no es una condición para ser coach.
“Nosotros no somos especialistas en cada una de las áreas a las que se dedican las personas a las que asesoramos, pero tenemos herramientas para ayudarlas a que ellas mismas encuentren sus respuestas”, explica Rivière. Aunque si de buenos consejeros se trata, casi todo el mundo podría acordarse no sólo de los de las películas, sino de algún familiar o amigo en particular.
Y en incontables momentos lo son, eso es innegable, pero por su naturaleza, siempre les faltará algo que los coaches conside ran esencial: la objetividad. “La idea en coaching es permitir a la gente tener otra percepción, dejarle ver que hay otros caminos u otras salidas sin la carga emocional que puede tener un ser querido. Además, por tratarse de una relación profesional, cuentas con garantías de confidencialidad que no puedes exigirle a un compañero o a un familiar”, indica Rivière. “Es la mirada de un observador externo que te permite ver lo que tú no ves”, aclara Egberto Fernández, coach certificado de carrera y empleo.

Lejos del diván

“No sé qué hacer con mi vida” está entre una de las tantas premisas que puede llegar a escuchar un coach en su oficina durante la primera sesión. Si bien esto podría parecer el trabajo de un psicólogo, Rivière es contundente ante esta duda. “El coaching no tiene nada que ver con terapia. Nosotros trabajamos a corto o medio plazo, nunca a largo plazo. No indagamos en el pasado de la persona: trabajamos en su futuro. No buscamos explicaciones sino soluciones”, enuncia como un credo.
“Los coaches ayudamos a alguien que se enfrenta a un problema concreto. Aunque a veces esa persona tenga que pasar primero por el proceso de definir cuál es el verdadero problema.
Trabajamos sobre cosas que son muy prácticas y puntuales”, dice Rivière insistiendo en el sentido pragmático de su hacer. Aunque una persona puede presentarse ante un coach y decirle: “no soy feliz”, y aún así encontrar ayuda en su despacho. “Lo que se hace es indagar hasta descubrir qué cosas te molestan. Porque no todo en tu vida te va a desagradar. Lo que ocurre muy a menudo es que las personas no tienen una idea precisa de lo que está molestando y por eso creen que deben cambiarlo todo”, explica.
“Ni hago recomendaciones, ni hago terapia”, recalca Fernández, quien asegura que es a través de preguntas, lecturas, tests, entre otras herramientas, consigue que sus clientes encuentren por sí mismos las claves para tomar las decisiones más acertadas.
Aunque no realizan diagnósticos, pues no se trata de profesionales de la salud, y se ocupan de diferenciarse bien de ellos, un coach puede detectar, por ejemplo, un caso de depresión o ansiedad, e indicar a su cliente a quién debe consultar, si es a un profesional de la psicología o la psiquiatría. Además, dependiendo de su especialización, pero muy a menudo en el llamado
coaching de vida, estos asesores pueden valerse de herramientas como la programación neuro-lingüística, el manejo de la inteligencia emocional y de la sofrología, así como de otras técnicas y estrategias inspiradas o derivadas de áreas como la psicología y la sociología, para ayudar a sus clientes.

¿Quién necesita un coach?

“Cualquier persona en cualquier momento de su vida puede necesitar un coach”, dice Yannick. Por su parte, Fernández contesta también a esta pregunta con una respuesta sencilla: cualquiera que tenga un reto que no puede manejar puede aprovechar los servicios de un coach. El tipo y las herramientas de la asesoría dependerán del objetivo que se quiera alcanzar. “Hay personas que llegan a altos cargos ejecutivos pero no tienen experiencia con las relaciones interpersonales, con el manejo de conflictos, por ejemplo”, dice Fernández.
En estos casos suelen ser las empresas las que se encargan de contratar la asesoría, cuya principal característica es ser personalizada.

Como coach de carrera, Fernández destaca que así como hace unas décadas la situación laboral era más estable, y una persona solía dedicarse toda la vida a lo mismo aunque cambiara de lugar de trabajo, actualmente en el mundo hay mucha inestabilidad e incertidumbre. Por eso destaca su labor como ayuda en el “mantenimiento preventivo” de carreras. “En tiempos como estos, la gente tiene que identificar sus talentos, conocer todos sus intereses –de un hobby puede salir una carrera- y también sus valores, las cosas que realmente le importan”, dice el experto. “Un coach puede ayudar a una persona a conectarse con su propósito de vida. Porque esto es algo que por cuenta propia no es muy fácil de digerir. Preguntarse a sí mismo y descubrir a qué se quiere dedicar, cómo quiere ser recordado, cuál quiere que sea su legado. Un coach puede hacer que su cliente se conecte con su propósito, con su misión”.
Solo quien ha tenido un coaching al lado podrá certificar sus bondades, pero Riviére no teme asegurar que el coaching no le da a una persona la felicidad pero sí le permite encontrar su propia definición de felicidad. Sin dejar de ser realista, no deja de ser una atractiva promesa.

Angela Feijoo

viernes, 22 de octubre de 2010

Pedro y el hilo mágico

Pedro era un niño muy vivaracho. Todos le querían: su familia, sus amigos y sus maestros. Pero tenía una debilidad. – ¿Cual?

Era incapaz de vivir el momento. No había aprendido a disfrutar el proceso de la vida. Cuando estaba en el colegio, soñaba con estar jugando fuera. Cuando estaba jugando soñaba con las vacaciones de verano. Pedro estaba todo el día soñando, sin tomarse el tiempo de saborear los momentos especiales de su vida cotidiana.

Una mañana, Pedro estaba caminando por un bosque cercano a su casa. Al rato, decidió sentarse a descansar en un trecho de hierba y al final se quedó dormido. Tras unos minutos de sueño profundo, oyó a alguien gritar su nombre con voz aguda. Al abrir los ojos, se sorprendió de ver una mujer de pie a su lado.

Debía de tener unos cien años y sus cabellos blancos como la nieve caían sobre su espalda como una apelmazada manta de lana. En la arrugada mano de la mujer había una pequeña pelota mágica con un agujero en su centro, y del agujero colgaba un largo hilo de oro.

La anciana le dijo: “Pedro, este es el hilo de tu vida. Si tiras un poco de él, una hora pasará en cuestión de segundos. Y si tiras con todas tus fuerzas, pasarán meses o incluso años en cuestión de días” Pedro estaba muy excitado por este descubrimiento. “¿Podría quedarme la pelota?”, preguntó. La anciana se la entregó.

Al día siguiente, en clase, Pedro se sentía inquieto y aburrido. De pronto recordó su nuevo juguete. Al tirar un poco del hilo dorado, se encontró en su casa jugando en el jardín. Consciente del poder del hilo mágico, se cansó enseguida de ser un colegial y quiso ser adolescente, pensando en la excitación que esa fase de su vida podía traer consigo. Así que tiró una vez más del hilo dorado.

De pronto, ya era un adolescente y tenía una bonita amiga llamada Elisa. Pero Pedro no estaba contento. No había aprendido a disfrutar el presente y a explorar las maravillas de cada etapa de su vida. Así que sacó la pelota y volvió a tirar del hilo, y muchos años pasaron en un solo instante. Ahora se vio transformado en un hombre adulto. Elisa era su esposa y Pedro estaba rodeado de hijos. Pero Pedro reparó en otra cosa. Su pelo, antes negro como el carbón, había empezado a encanecer. Y su madre, a la que tanto quería, se había vuelto vieja y frágil. Pero el seguía sin poder vivir el momento. De modo que una vez más, tiró del hilo mágico y esperó a que se produjeran cambios.

Pedro comprobó que ahora tenía 90 años. Su mata de pelo negro se había vuelto blanca y su bella esposa, vieja también, había muerto unos años atrás. Sus hijos se habían hecho mayores y habían iniciado sus propias vidas lejos de casa. Por primera vez en su vida, Pedro comprendió que no había sabido disfrutar de las maravillas de la vida. Había pasado por la vida a toda prisa, sin pararse a ver todo lo bueno que había en el camino.

Pedro se puso muy triste y decidió ir al bosque donde solía pasear de muchacho para aclarar sus ideas y templar su espíritu. Al adentrarse en el bosque, advirtió que los arbolitos de su niñez se habían convertido en robles imponentes. El bosque mismo era ahora un paraíso natural. Se tumbó en un trecho de hierba y se durmió profundamente.

Al cabo de un minuto, oyó una voz que le llamaba. Alzó los ojos y vio que se trataba nada menos que de la anciana qu muchos años atrás le había regalado el hilo mágico. “¿Has disfrutado de mi regalo?”, preguntó ella. Pedro no vaciló al responder: “Al principio fue divertido pero ahora odio esa pelota. La vida me ha pasado sin que me enterase, sin poder disfrutarla.Claro que habría habido momentos tristes y momentos estupendos, pero no he tenido oportunidad de experimentar ninguno de los dos. Me siento vacío por dentro. Me he perdido el don de la vida. “Eres un desagradecido, pero igualmente te concederé un último deseo”, dijo la anciana. Pedro pensó unos instantes y luego respondió: “Quisiera volver a ser un niño y vivir otra vez la vida”. Dicho esto se quedó otra vez dormido.

“Pedro volvió a oír una voz que le llamaba y abrió los ojos. ¿Quien podrá ser ahora?, se preguntó. Cual no sería su sorpresa cuando vio a su madre de pie a su lado. Tenía un aspecto juvenil, saludable y radiante. Pedro comprendió que la extraña mujer del bosque le había concedido el deseo de volver a su niñez. Ni que decir tiene que Pedro saltó de la cama al momento y empezó a vivir la vida tala como había esperado. Conoció muchos momentos buenos, muchas alegrías y triunfos, pero todo empezó cuando tomó la decisión de no sacrificar el presente por el futuro y empezar a vivir en el ahora. Traducción y moraleja: carpe diem!!

miércoles, 20 de octubre de 2010

martes, 19 de octubre de 2010

Como separar la vida laboral y personal

Muy bueno articulo escrito por Paolo Cesco, coach personal en manejo de estrés y bienestar.

Separar la vida profesional o laboral y la vida personal o privada puede ser un verdadero problema, sin aparentes soluciones, para muchas personas. ¿Verdad que la familia agradecería que supiéramos dejar los problemas del trabajo en la oficina?

Cuando el trabajo invade nuestra vida personal
Esta situación es mas frecuente para aquellas personas con horarios laborales flexibles o un trabajo propio o muy orientado a las tareas. Pero, te has preguntado alguna vez ¿por qué es tan importante separar vida laboral y personal? En realidad, en situaciones normales, separar estas dos áreas de la vida no seria necesario, ya que, al fin y al cabo, ambas constituyen aspectos imprescindibles de ella. Y entonces, ¿por qué a menudo sentimos la necesidad de separarlas? A un primer nivel de análisis, se podría pensar que si el trabajo invade nuestra vida privada, acabamos no teniendo tiempo para hacer las demás cosas que hay que hacer en esta última o no dedicándolo a las personas que son parte de ella. Seguramente esto es un aspecto importante del problema, pero no el más critico.

Por qué y cuando separar es útil
Separar el trabajo de la vida privada es fundamental cuando percibimos una diferencia importante entre el balance real de nuestra vida profesional con la privada por un lado y el balance ideal que quisiéramos tener para ellas por otro. Es decir cuando percibimos que "damos" demasiado al trabajo y demasiado poco a la vida privada. Y esto ocurre porque en nuestra cultura hoy en día el trabajo y los ritmos profesionales nos requieren un importante desgasto energético en las actividades laborales; no obstante una vida saludable se basa en un positivo balance entre la energía que gastamos en trabajar (es decir el estrés que ponemos en ello) y la satisfacción que obtenemos a cambio y en muchas ocasiones la satisfacción profesional no consigue compensar este gasto energético: por eso nuestra vitalidad se desgasta poco a poco.

En esta situación, es muy importante recuperar "satisfacción" y, consecuentemente, vitalidad a través de otras áreas de nuestra vida donde obtengamos más a cambio del gasto energético. En este sentido la vida privada es una de las áreas que más puede contribuir a recargar las pilas; por lo tanto "defender" sus fronteras frente a la invasión de la vida profesional es una garantía de que tengamos suficiente espacio y tiempo para recargarnos.

Los rituales de separación
En esta línea, entre las muchas técnicas posibles para delimitar bien las fronteras entre vida profesional y privada hay una que yo llamo "rituales de separación": un ritual de separación es una pequeña acción que haces repetidamente después del trabajo y antes de ir a casa que envía un poderoso mensaje al cerebro de que el tiempo del trabajo se ha acabado y el de la vida privada empieza.

Un ejemplo puede ser la costumbre de cerrar todos los documentos de trabajo en un maletín o en un armario antes de salir del trabajo; o resumir las tareas hechas hoy y preparar la lista de las para mañana; otro ejemplo podría ser llamar la familia para avisar de que se ha terminado la jornada laboral y que se me espere en casa; o bien entrar en el hogar y cambiarse de ropa como primera cosa, dejando la del trabajo en un armario y poniéndose algo cómodo; o escuchar una determinada música o canción en el coche de camino a casa. Como puedes ver, estas acciones son muy sencillas, pero pueden ser muy poderosas a condición que:
  • Se repitan cada día siempre de la misma forma y en las mismas circunstancias.
  • Comuniquen a tu cerebro de manera clara que el trabajo se ha acabado.
  • No sean meras acciones, sino "encarnen" ideas o conceptos de "separación".
  • Un ritual puede ser útil para uno e inútil para otro: la percepción personal es muy importante, así que el ritual debe ser significativo para ti.
Encuentra tus rituales de separación
¿Cómo podemos entonces encontrar nuestros rituales de separación? Prueba con el siguiente sencillo ejercicio.

En primer lugar pregúntate: cuando has terminado un duro día de trabajo o una tarea difícil y voy a casa, ¿qué es lo que me da la sensación de estar en mi tiempo privado? Tal vez sea estar físicamente en tu casa, tal vez sea encontrar a personas que no son compañeros, tal vez hacer un determinado deporte, tal vez que tu mente ponga su atención en otras cosas, etc. Una vez detectadas estas cosas que de tan la sensación de estar en casa, pregúntate ahora: ¿qué acciones repetitivas me permiten sentir de manera muy clara esta sensación? Si por ejemplo la sensación es de estar físicamente en casa, estas acciones pueden ser: ponerte ropa de casa, o tumbarte un par de minutos en tu sofá, o comer un pequeño tentempié de tu nevera, mirar el correo del día, etc. Cuando encuentres tales acciones, controla siempre que cumplan con las 4 características arriba mencionadas para que se transformen en un ritual.

Finalmente implementa y prueba tus rituales de separación diariamente durante un tiempo, cambiando o eliminando los que no te funcionen bien e incrementando los que te den buenos resultados.

lunes, 18 de octubre de 2010

Las piedras de tu vida

Cierto día un motivador experto estaba dando una conferencia a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaran.

De pie frente al auditorio de gente muy exitosa dijo: Quisiera hacerles un pequeño examen... De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro. Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: ¿Está lleno este jarro?

Todos los asistentes dijeron ¡Sí! Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un balde con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes. Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro? Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: “Probablemente no”. Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.

Una vez más pregunto al grupo: ¿Está lleno este jarro? Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No! Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó: ¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración? Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa como de lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas. ¡No! replicó el expositor, esa no es la enseñanza.

La verdad es que esta demostración nos enseña lo siguiente:
Si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento. ¿Cuales son las piedras grandes en tu vida? ¿Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada? ¿O son tu trabajo, tus reuniones, tus viajes de negocios, el poder y el dinero? La elección es tuya. Recuerda poner las piedras grandes primero o luego no encontrarás un lugar para ellas.

domingo, 17 de octubre de 2010

Si crees que...

Si crees que cada vez que lavas el carro, llueve... Si crees que cada vez que dejas caer tu tostada, siempre lo hace por el lado de la mantequilla... Si crees que la cola de la otra caja del supermercado siempre avanza más rápido que la tuya... Si crees que si tu colaborador tiene la posibilidad de cometer un error, lo hará... Si crees que lo que pueda salir mal, saldrá mal... Si crees que nada es tan malo que no pueda empeorar... Si crees que superar un obstáculo sólo te servirá para ver el siguiente... Si crees que siempre que estas apurado no encuentras a la llave de tu carro… Si crees que un ingreso imprevisto siempre viene acompañado de un gasto inesperado por la misma cantidad... Si crees que el orador con voz más monótona siempre habla después de comer... Si crees que es más fácil hacer preguntas estúpidas que corregir errores estúpidos... Si crees que en el cine, los tontos entran precipitadamente y consiguen los mejores asientos... Si crees que siempre que pones la radio escucharás las últimas notas de tu canción favorita.... Si crees que la dureza de la mantequilla es directamente proporcional a la blandura de la tostada.... Ya es tiempo de cambiar tu visión del mundo.

Nuestra manera de actuar depende directamente de nuestra percepción del mundo, o mejor dicho de nuestro mapa mental. Así que para actuar de manera adecuada hay que ser capaz de cambiar tu mapa mental cuando sea necesario. De eso se trata en coaching, de cambiar tu percepción del mundo para conseguir el comportamiento más eficiente en función del objetivo que te planteaste. Para que te des cuenta, si una de las dos colas que están a tu lado avanza más rápido, es porque sencillamente hay 2/3 de probabilidades que así sea...

viernes, 15 de octubre de 2010

Liderazgo y motivación

Técnicas Japonesas de Motivación



Por supuesto, eso es humor. No tomarlo al pie de la letra...

jueves, 14 de octubre de 2010

Si se comporta siempre igual, nada cambia

Un día una amiga me contó cómo luchaba siempre para perder peso. Pero mientras más quería perder peso, más engordaba y siempre estaba decepcionaba al momento de pesarse en la balanza viendo que no había adelgazado, o peor aún que había ganado más peso. De cierta manera, ella nunca estaba sorprendida con estos resultados. Desear adelgazar no era suficiente.

Luego me describió como unos años antes al momento de casarse y unas semanas antes de su boda, cayó en pánico cuando se probó su traje de novia. Seguramente, la ropa más importante y la más cara de su vida. Motivada, se inscribió en un gimnasio para perder unos kilos. Ella se encontraba muy feliz cuando logró ponerse fácilmente su traje.

La boda fue un éxito… la luna de miel igual… pero llegó la navidad, y muy pronto las excusas para no hacer más ejercicio de manera regular. Ella se prometía a menudo, « mañana iré al gimnasio o este fin de semana, o durante las vacaciones », pero siempre posponía el plazo. Y mientras más lo posponía, más nerviosa se sentía de retomar el deporte.

Un domingo, su esposo (que siempre estaba presente cuando ella se quejaba o que se buscaba excusas para no ir al gimnasio), le propuso dar una vuelta. Él se paró frente al gimnasio y le dió su bolso de deporte, repentinamente, él la tomó de sorpresa. Sin embargo, y sin confesárselo a su esposo, ella disfrutó mucho esa sesión de deporte.

Hoy en día, se dió cuenta que enfocarse en su peso no servía para nada, quejarse tampoco y que si siempre ella actuaba igual, nada cambiaría nunca. En un mismo contexto, si actuamos siempre igual, obtenemos siempre los mismos resultados. Si estos resultados no nos gustan, entonces hay que cambiar nuestra forma de actuar.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Saber poner en práctica las decisiones

¿Qué es un líder? Hay muchas respuestas posibles a esta pregunta. (la peor respuesta, en mi opinión, sería considerar a alguien como líder porque tiene "carisma" - que no significa nada). Le sugiero que se enfoque desde una perspectiva más pragmática, es decir, teniendo en cuenta al liderazgo en términos de resultados: se podría decir que en una organización, un líder es aquel que tiene éxito debido a que sus decisiones se aplican efectivamente. Esto no es siempre sencillo, como bien lo saben todos los profesionales del management.

Pero ¿Qué se necesita para que una decisión sea exitosa, y permita el cambio deseado? En primer lugar, es necesario que esta decisión sea legítima, es decir, se toma por una persona desde su propio ámbito funcional o laboral. A continuación, esa persona debe tener el poder para hacer cumplir su decisión - por ejemplo, ella debe tener una relación jerárquica con las personas que van a aplicarla. Por último, la decisión será aceptada mejor en la organización si la persona tiene una autoridad de competencia: ella conoce bien el tema y sabe lo que está haciendo (nivel de conocimientos).

Pero es raro que el líder tenga estos tres elementos, la legitimidad, el poder hacer, y la autoridad de competencia. Imaginemos, el caso de un gerente de ventas que quiere hacer una revisión de su negocio de software a nivel operativo y que se ha convertido en un problema para él. Tal vez él no tiene la autoridad de obligar al departamento competente de dar prioridad a este tema. O tal vez el director general se preguntará si el gerente de ventas tiene competencias informáticas para proponer mejoras del software. ¿Qué hacer?

Es entonces cuando se reconoce el verdadero líder: él se reunirá con varias personas capaces para encontrar una solución. Tratará de plantear una coalición de intereses que beneficien a todos. Para construir esta alianza, se tendrá en cuenta las necesidades de sus interlocutores, su visión del problema, sus problemas específicos, para encontrar posibilidades de intercambio y de cooperación. Así que gradualmente las condiciones de las decisiones que requiere se aplicarán efectivamente.

Este regalo especial es lo que a veces llamamos el "sentido político". Y cuanto más subimos de cargo en las organizaciones, más esa capacidad intangible, (combinación de psicología, de sentido de las relaciones de poder y de capacidad para cumplir con los demás en torno a un proyecto unificador) es necesario. Esta es la esencia de la gestión en las organizaciones modernas....

lunes, 11 de octubre de 2010

El elefante encadenado

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba eran los animales. Me llamaba poderosamente la atención, el elefante. Después de su actuación, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo la estaca era un minúsculo pedazo de madera, apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal, capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.
¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?.
Cuando era chico, pregunte a los grandes. Algunos de ellos me dijeron que el elefante no escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces, la pregunta obvia...
- Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo, me olvidé del misterio del elefante y la estaca.
Hace algunos años descubrí que alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño."
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día y al otro...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque ¡Cree que no puede!
Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.
Y tú, ¿tienes algo de elefante?
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos pensando que "no podemos" hacer un montón de cosas simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.
Muchos de nosotros crecimos portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar ni cuestionar.
Esto es lo que nos pasa, vivimos condicionados por el recuerdo de una persona que ya no existe en nosotros, que no pudo.
Tu única manera de saber si puedes es intentarlo poniendo en ello todo tu corazón.

sábado, 9 de octubre de 2010

En mi vida, no hay eventos negativos

La vida nos pone de manera permanente pequeñas o grandes pruebas a las cuales debemos enfrentarnos, y que pueden cambiar de manera más o menos amplia el curso de nuestra cotidianidad. Nuestra manera de actuar, ante estos tipos de eventos, depende en gran parte de nuestra capacidad de relativizar su impacto negativo.

Tomemos un ejemplo común que pude encontrar varias veces con mis clientes: Después de varios años de trabajo leal y serio, la empresa donde Juan estaba empleado, decidió despedirle sin motivos verdaderos. Pasado el momento de sorpresa y de angustia sobre un futuro que ahora no se ve tan claro, le queda a Juan dos opciones, no más. Quejarse de la injusticia de la vida, llorando sobre su sorteo, deseando la maldición a su desgraciado jefe, o tratar de ver, lo más pronto posible, cómo se podría convertir esta derrota en victoria. Aquí no se trata de juzgar si la despedida puede ser justificada o no, sino de dar a entender que lo más importante es saber como se puede seguir avanzando.

La mayoría de la gente exitosa lo confiesa: fue en un momento de crisis que decidieron echarse en el aire, tomando una decisión que cambió su vida, una para emprender un negocio, otra para dedicarse a una pasión oculta hasta ahora, es decir cambiando totalmente de estilo de vida porque era la única opción sostenible que les quedaba.

¿Qué significa eso? Ante todo, que los eventos como tal no son ni malos ni buenos. Es lo que decidimos hacer de ellos lo que los convierten en hechos positivos o negativos. Frente a cada mala broma que parece hacerle la vida, siempre le quedan esas dos opciones: quejarse o plantearse como se puede sacar el lado positivo de la situación. No se tratar de hacer muestra de un positivismo complaciente en el puro estilo de la filosofía de Leibnitz, sino de admitir un sencillo fenómeno mecánico: lo que está parado no avanza más. Si me quedo parado, mirando lo negativo de mi situación, no puedo pretender desarrollarme más. Desde el día que entendí eso, decidí que no habrá mas eventos negativos en mi vida…

martes, 5 de octubre de 2010

Revindicar el perdón como acto egoísta

A un cliente que me contaba como no lograba pasar la página acerca de su pareja anterior, y como él aún guardaba mucho rencor sobre la manera en que terminó la relación, le aconsejé lo siguiente: tomar una mochila, y por cada reproche que mi cliente tuviera con su antigua esposa, la llenara con un libro pesado.

Durante unas semanas él se llevaba la mochila a todos los lugares donde iba, hasta que un día decidió dejar la mochilla, y al mismo tiempo, dejar su rencor.

¿Qué quería darle a entender a través este ejercicio? Únicamente que él se diese cuenta que el rencor le impedía avanzar con facilidad en su vida, como lo hizo la mochilla durante unos días. Proponer este tipo de ejercicio permite de una manera sencilla a que las personas acepten la idea de que perdonando a los demás a través del hecho de dejar de cargar sus mochilas con rencores, se están liberando. De hecho, el perdón no se interpreta como una señal de debilidad, o como un favor hecho al otro, sino como un acto de liberación para superar sus heridas y avanzar en el camino de la felicidad. Aceptar perdonar, es aceptar de dejar de malgastar energía para concentrarla en mejorar nuestra vida.

Por supuesto que perdonar no significa olvidar, sino aceptar que existe el derecho al error. El mecanismo mental del perdón pasa también a través del hecho de reflexionar sobre los motivos que tuvo el otro cuando nos hirió con sus actos. Muy a menudo, los dolores provocados por los demás no los son a propósito sino por una conducta inadecuada en una situación puntual. De hecho, aceptar que el otro puede herirnos por torpeza o desconocimiento y no a propósito, es el primer paso para perdonar.

En lugar de reprimir su rencor, tratando de olvidarlo, el perdón es un acto liberador que nos permite reconciliarnos con nosotros mismos, nos alivia y nos permite ser más serenos, más pacíficos y más sabios. Es un regalo que nos hacemos.

En este sentido tiene que ser entendido, ante todo, como un acto egoísta.

viernes, 1 de octubre de 2010

Se lo diré a mi Coach

Articulo publicado en 100% Bienestar

Utilizado en primer lugar en el área deportiva, y después en el área gerencial, hoy en día, el coaching se trasladó al área personal. A diferencia de un psicólogo, el coach interviene directamente sobre el problema, sin buscar las fuentes, aplicando una suerte de “terapia del bienestar” en varios dominios.

“El coaching no da la felicidad; pero ayuda a las personas a definir las herramientas que necesitan para encontrarla” nos explica Yannick Riviere, coach de vida de Caracas Coaching, una de las primeras empresas que ofrecen este servicio en Venezuela.
Fundado sobre los valores deportistas tales como: el rendimiento, la eficiencia, el desarrollo personal, etc, el coaching no da repuesta a un sufrimiento psicológico sino a la necesidad de comprender una situación nueva, de reestablecer el equilibrio en su vida o de asumir cambios a veces profundos (luto, problemas de pareja, instabilidad emocional, fobia). Los temas sobre cuales un coach puede intervenir son numerosos, pero siempre bien definidos. “Un coach no es un psicoterapeuta” precisa Yannick Riviere. Los problemas abordados son diferentes y los métodos implementados no tienen nada que ver. El psicólogo le puede ayudar a saber “por que” usted tiene un malestar, el coach le puede ayudar a transformar ese malestar contestando a la pregunta “Cómo”.

Oliver, Ingeniero de Investigación Y Desarrollo, llamó a un coach hace dos anos. El asegura que: “El coaching me enseñó lo que necesitaba saber para afrontar los obstáculos en mi entorno laboral. De hecho, yo siempre conseguía muchas razones falsas para no actuar. Ahora tengo la confianza y estoy orgulloso de mí y de mis resultados. Acepto mis defectos (los que me negaba a ver sin ser consciente), y mis cualidades. Este asesoramiento me hizo más persistente y constante. Después de solo 12 sesiones empecé a disfrutar de una mejor comunicación con los demás, e incluso soy capaz de poder establecer complicidad e intimidad."

El coaching tiene esta gran aventaja de poder resolver un problema en pocas sesiones.

“Si usted esta trabajando con un coach desde hace tres años, entonces no es un coach sino un estafador” nos explica Yannick Riviere.
El cliente expone su problemática, el coach determina con el número de sesiones y establece un presupuesto. El costo de cada sesión puede variar de 200 hasta 400 bolívares. Las sesiones se llevan a cabo de manera regular y al final de cada sesión se plantea un plan de acción a lograr para la cita siguiente.
Cambiar los comportamientos, como le propone el coaching, requiere calmar las emociones contenidas, y disminuir su protagonismo, siempre insuficiente para la situación.
“Practicar el coaching, concluye Yannick Riviere, es apreciar a alguien, ayudarlo a desarrollarse, a saber que tiene en él mismo sus problemas y sus soluciones. Es ponerlo ante sus miedos y conducirlo a superarlos. Desde que soy coach, identifiqué modelos que permiten avanzar de manera mas rápida y mas eficiente con cada cliente.”
Para conseguir más informaciones respecto al coaching: www.caracascoaching.com